Locos por el fútbol

La lectura de un post, en uno de los blogs de milo, sobre rivalidades futbolísticas y històricas me ha hecho recordar que hace poco leí lo siguiente sobre el fútbol y la Primera Guerra Mundial:

"Una de las maneras de mostrar el espíritu deportivo era dar un puntapié a un balón de fútbol mientras se avanzaba hacia las líneas enemigas. La hazaña fue llevada a cabo por primera vez por el Primer Batallón del 18º Regimiento de Londres en Loos, en 1915. Pronto dejó de ser una convencional demostración de valor y finalmente se exportó más allá del frente occidental. Arthur (“Bosky”) Borton, que tomó parte en un ataque a las posiciones turcas cerca de Beersheeba en noviembre de 1917, informó, orgulloso, a los suyos: “Uno de nuestros hombres tiene una pelota de fútbol. Nadie sabe cómo llegó allí. De todas maneras, le dimos unas patadas y nos enfrentamos con las primeras armas [turcas], regateando con la pelota”. Pero el más famoso episodio futbolístico fue la hazaña del capitán W.P. Nevill en el ataque del Somme. El capitán Nevill, que mandaba una compañía del 8º de East Surreys, compró cuatro balones de fútbol, uno para cada pelotón, durante su última estancia en Londres antes del ataque. Ofreció un premio al pelotón que durante el asalto enviara la pelota a patadas hasta las trincheras alemanas. Aunque J.R. Ackerley recuerda que a Nevill se le consideraba el “bufón del batallón”, tal vez era más sagaz de lo que aquél pensaba: su pequeño encuentro deportivo tuvo el efecto de convencer a sus hombres de que el ataque iba a ser, como repetía una y otra vez el Estado Mayor, un paseo. Un superviviente que observaba desde cerca recuerda el momento decisivo: "Cuando el fuego de fusileria cesó vi a un oficial de infanteria subir desde el parapeto hasta la tierra de nadie, haciendo señales para que lo siguieran. [Sin duda el capitán Nevill u otro de los jefes de pelotón] Al hacerlo, dió una patada a una pelota de fútbol. La pelota se levantó y voló hacia la línea alemana. Parece que fue la señal de avance"
El capitán Nevill cayó instantáneamente. Dos de los balones de fútbol se conservan en museos británicos." (en Paul Fusell: La Gran Guerra y la memoria moderna, Turner ed.)